VERANEOS EN EL SALIENTE

Hace unos días que, con motivo de un acontecimiento familiar visitamos el Monasterio  un buen número de personas. Este día fue algo especial, por que no es frecuente en invierno ni en primavera visitar estos parajes, y es una verdadera pena que no lo hagamos.

Entre las personas que allí concurrimos, había un buen número de valencianos que se quedaron admirados al contemplar una pieza de tal estilo ubicada en unas tierras tan desérticas como áridas. Era maravillosos oírles decir... " Esto es maravilloso para orar y meditar". Yo les escuchaba con agrado pero, en el fondo sentía una gran pena y pensé: cuando llegue el verano, esta quietud, esta calma, esta paz que siente el alma cuando el umbral y sólo hueles a cera y flores; cuando miras hacia la cúpula y apenas ves unos rayos de sol entrar por las vidrieras... Todo esto que te hace estar más cerca de la Madre de Dios cuando llega el verano parece como si profanara, como si le arrancaran el Monasterio de las entrañas, como si lo pisotearan. Qué lástima que las personas que quieren darle al Monasterio su verdadero sentido, no encuentran ayuda.

Hace falta que empresas constructoras visiten este lugar ya que el agua y la luz eran los únicos problemas con que se tropezaban para la edificación, y se tomen interés y empiecen cuanto antes para que, las personas que, durante el verano invaden el Santuario, tengan sitio para veranear, para reír y cantar y pasar unas vacaciones dignas. Digo dignas, porque aquel lugar es maravilloso para hacer hospedajes, viviendas apropiadas para que, a la hora de meditar y rezar, entrar en silencio y cuantas personas tengan deseos de orar, los gritos, las risas, los ruidos, no perturben la paz de sus almas.

Hay algo también muy importante que no quisiera dejar de mencionar en este escrito y es, que existe un hombre cuyos pinceles, que siguen el impulso de su inquietud por el Monasterio del Saliente, está olvidado por muchos hijos de Albox, sus lienzos viven, ahí están esperando nuestros impulsos, nuestra ayuda para colocarlos en sus muros y techos.

Yo, que durante la ceremonia miré varias veces hacia la cúpula, tuve un recuerdo para este gran artista y hombre de buena voluntad.

Remedios Fernández Sánchez

Fuente: La Voz de Almería (22-05-79)

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