Coronación Pontificia de la Virgen del Saliente

 

E l día 14 de junio de 1987, tras la propuesta de Coronación hecha por el Obispo de Almería Monseñor Casares Hervás, en el Santuario del Saliente, se iniciaba el proceso que habría de culminar en agosto del año siguiente. El entusiasmo popular, ¿por qué no decirlo?, se vio a veces acompañado por la duda de algunos mayores: ¿sería cierto el refrán de que a la tercera va la vencida?,¿no quedaría en nuevo intento? A pesar de ellos la ilusión pudo más.

Lo primero era preparar la documentación para ser enviada a la Santa Sede. Los párrocos de Albox se dirigieron por escrito al señor Cardenal de Madrid, Obispo que fue de Almería; al señor Arzobispo Titular de Emérita Augusta, Observador Permanente de la Santa Sede en Naciones Unidas; al señor Arzobispo de Granada y a los señores Obispos de las Diócesis de Cartagena-Murcia, Guadix-Baza y Cádiz-Ceuta. Sus cartas de adhesión a la petición que habría de hacer el Obispado de Almería no se hicieron esperar.

Meses más tarde llega el Breve Pontificio - Bula de Coronación - y D. Manuel Casares envió fotocopia a los párrocos de Albox. La lectura del Decreto en Oria, como ya queda dicho, convertía en realidad el deseo y abría un tiempo de acción, marcado por el reloj y la prisa. Todavía quedaba mucho por hacer.

A partir del 14 de junio la gente sencilla empezó a entregar oro para hacer la corona y a dar donativos para este fin. Desde entonces, y prácticamente hasta el mes de abril del año siguiente, las entregas de pendientes rotos, sortijas, cadenas, alianzas, etc. no cesaron. La corona fue encargada a Talleres de Arte Moreno S.A. de Granada, que tras un largo y detenido estudio diseñó el original que llevaría la Virgen desde el día 7 de agosto.

 

LA CORONA

La corona es el resultado de un trabajo serio y documentado. Se ha partido del estudio de óleos y grabados de la Virgen anteriores a la Guerra civil, momento en que desaparece la corona original, la anterior a esta es de 1881, así como el estudio de otras realizadas a principios del siglo XVIII contemporáneas de la imagen de la Virgen.

Es una pieza de estilo renacimiento, con una leve tendencia en lo ornamental al barroco andaluz.

Soporta la corona una diadema de doble filete, engarzada de esmeraldas y rubíes, de talla cuadrada y cabujón las unas y los otros. Esta diadema abraza el canastillo, con alzada de cartelas y cintas rematadas por hojas y bellotas, estando alhajada también de rubíes de disto tamaño;  el canastillo con traza de corona real, soporta a su vez seis imperios de igual estilo, engastados de zafiros que se abrazan en el centro, rematados por una bola anillada de brillantes. Envolviéndola toda una aureola y enrayada con esmeraldas y rubíes y rematada con doce estrellas de dieciséis puntas cada una y un brillante central. En eje con la bola y centrada entre las estrellas, una cruz latina enrayada en sus ángulos a su vez acabada por bolitas y molduras

 

EL HIMNO DE LA CORONACIÓN

Tradicionalmente ha sido costumbre hacer acompañar este tipo de solemnidades con la composición de una pieza musical que dejara constancia del acontecimiento. La Coronación de la Virgen del Saliente no podía ser excepción y era ésta, ocasión propicia para dedicar a la Madre del Saliente una obra especialmente dedicada a Ella.

El compositor, desde el principio, quedó claro: Juan Alfonso García, sacerdote y organista de la Catedral de Granada. La letra presentaba algunas dificultades: de  los buenos poetas albojenses, Ceba, Jerónima, José A. Saez ...¿a quién se el encargaba?¿No sería limitar a un ámbito geográfico demasiado concreto algo que trasciende lo local?. Estaba claro que el autor de la letra iba a ser un devoto de la Virgen del Saliente que no era hijo de Albox: Julio Alfredo Egea.

Músico y poeta mantuvieron correspondencia, conversaciones, intercambio de ideas y, al final, el 25 de marzo de 1988, festividad de la Encarnación del Verbo, quedaba concluido el Himno a la Virgen del Saliente, dedicado por ambos a Monseñor Casares Hervas.

ACTOS PREVIOS A LA CORONACIÓN

Durante los meses de junio y julio de 1988 se llevaron a cabo las actividades previas para los sábados, como preparación al acto de Coronación. Estas fueron las siguientes:

- 11 de junio. Presentación de la corona y del Himno de Coronación, en el templo parroquial de Santa María, a las ocho de la tarde.    Concierto a cargo de la Escolanía de los Niños Cantores de la Catedral de Guadix.

- 18 de junio. Conferencia titulada "Teología de María en la Historia",a cargo de D. Emilio Cárdenas Díaz de Espada, religioso marianista y Párroco de Vélez blanco.

- 2 de julio. En la Plaza de San Francisco, celebración de 24 Horas de futbito, TROFEO CORONACIÓN

- 9 de julio. Conferencia titulada "Reflexiones religiosas en una sociedad de progreso",a cargo de D. Emilio Esteban Hanza, abogado almeriense.

- 16 de julio. Festival de Música y baile de la tierra, celebrado en el Polideportivo Municipal , en el que intervinieron los grupos de danzas de Nijar, Vélez Rubio, C.P. Virgen del Saliente y del Club de Pensionistas de Albox.

- 23 de julio. Conferencia titulada "La Virgen María en la Diócesis de Almería", a cargo del Ilmo. Sr. D. Juan López Marín, Canónico Archivero y Párroco de la S.A. Catedral de Almería.

 

LA VIRGEN DEL SALIENTE BAJA A ALBOX

Pocas personas durmieron en Albox la noche del 30 al 31 de julio. Todo era bullicio: ir y venir, salir y entrar: saludo y abrazo, pregunta y respuesta. Todo era un mar alegre de prisas y carreras; caminos convergentes, encrucijada de senderos. Todo era Corona, Santuario y, allí, arriba, en el Monte Roel, María, Madre de Dios, madre del Buen Retiro de Desamparados, Madre del Saliente.

La madrugada fue día continuado: coches y autocares, blanco y amarillo en los cuerpos y en las almas. La cita era a las cinco de la mañana. Una hora antes, el templo abría sus puertas para los más impacientes. Desde ese momento y sin interrupción, no cesaron los rezos, los comentarios y, en algunos, los miedos: no se sabía si iba a llover. Al salir de Albox habían caído algunas gotas. La mayoría auguraba la intervención de la Virgen y los temores siguieron el mismo rumbo que las nubes.

Como era de esperar todos querían llevar a la Madre: algunos cuentan como honor y recuerdo imperecedero, haber sido los primeros en sacarla a hombros de su santuario para ser coronada. Quince minutos había pasado de las cinco, cuando las campanas repicaban anunciando la salida; la niebla se iba levantando y fue, en ese preciso momento, como homenaje a la Madre de Dios, descorriendo el velo hasta presentar a María un cielo de estrellas anunciadoras de ventura, presagio de gloria, olvido de temores. La Estrella de la mañana recibía así la salutación festiva de toda la Creación.

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Desde el primer momento comenzaron los cantos que llegaron hasta Albox: las gargantas rotas fueron ofrenda de amor aquel día último de julio. Fue comentario común y generalizado comprobar que en esta ocasión, más que en ninguna otra, la afluencia de gente al Santuario, para acompañar a la Virgen, había sido la más numerosa: todos coincidían.

No cesaron las incorporaciones, como tampoco cesaron las ofrendas de flores, rezos y cantos.

A las ocho y veinte, antes de llegar a la rambla, Albox se divisaba al fondo y una parada de bendición era obligada. Apenas quince minutos más tarde se llegaba a la Fuente del Marqués, lugar tradicional de bienvenidas y encuentros. Un arco de cuatro columnas formando bóveda y allí, bajo él, San Roque, patrón de la villa. Sacerdotes, alcalde, concejales y pueblo de Dios llenaban los espacios. Blanco y amarillo de camisetas, sombrillas y gorras, reflejaban el color alegre de la espera.

La Virgen del Saliente ya estaba en Albox.

Pulsa en la imagen para cerrar esta ventanaSEIS DÍAS DE CELEBRACIONES LITÚRGICAS

La semana anterior a la fecha de la Coronación, estuvo dedicada a preparar el acontecimiento, participando los arciprestazgos y diócesis vecinas. El templo se abría a las ocho de la mañana, se cerraba desde la 14´30 hasta las 16 y de nuevo quedaba abierto hasta las dos de la mañana. A medio día sonaban las campanas invitando a todos al rezo del Ángelus.

A las 8 de la tarde se rezaba el Santo Rosario y posteriormente comenzaba la Eucaristía. Antes de empezar se ensayaba el Himno de Coronación y al concluir se cantaba la Salve Popular. Muchas eran las horas que la iglesia permanecía abierta, pero siempre la Virgen estuvo acompañada, recibiendo la oración de sus hijos y el homenaje hecho flor, maceta o albahaca.

Cada Eucaristía era ver rebosar el templo y participar activamente a los fieles. La preparación corría a cargo del arciprestazgo o diócesis correspondiente; lecturas, ofrendas, preces, oficiante, etc.

 

LLEGÓ EL DIA GRANDE Y ALBOX SE VISTIÓ DE FIESTA

Antes, mucho antes del día 7 de agosto, el ambiente de Albox se fue haciendo festivo. A medida que la fecha se aproximaba, el ritmo acelerado del trabajo y los preparativos se hacían más palpables. Las fachadas de las casa veían renacer el color perdido; los muros de la rambla se vistieron de blanco; las palmeras de la plaza recuperaban su lozanía al podarle las ramas viejas; la llegada de albojenses disperso por la geografía nacional fue inyección de vida para las calles. Todo era acción, movimiento y alegría vivida. Albox, que jamás se caracterizó por ser pueblo cuidado de puertas afuera, cambiaba progresivamente de imagen. De repente se convertía en primera página de actualidad, lugar de tica; su nombre invadía, por prensa y radio, los lugares más alejados de la provincia almeriense: nadie pudo decir que no sabía que en esta parte del Almanzora se iba a homenajear a la Virgen. Albox era noticia.

Llegó el día 7. A primeras horas de la mañana las calles aparecieron vestidas de color: balcones y ventanas engalanadas en señal de fiesta y alegría. Una banda de música recorrió el pueblo. El sonido grato del pasacalles se mezcló con el de los cohetes, anunciando la llegada del día esperado. Coches y autocares comenzaros a llegar, multiplicándose el bullicio y ajetreo urbano. Como anécdota referiremos un hecho significativo de esta realidad: la gasolinera de Albox, por la noche, tuvo que cerrar por haberse acabado el carburante. ¿Cuántos automóviles repostarían allí aquel día?

A media mañana, el Ayuntamiento Pleno de la Villa se reunía en sesión extraordinaria, con un punto único en su orden del Día: dar lectura a la moción presentada por el Grupo de Gobierno Municipal, que decía así:

Los Concejales que suscriben, integrantes del Equipo de Gobierno de esta Corporación Municipal, tiene a bien presentar para su aprobación, si procede, la siguiente Moción al Pleno Corporativo. Conocedores del sentir popular que los vecinos de Albox profesan a la imagen de Nuestra Señora del Buen Retiro de Desamparados o del Saliente, signo de identidad religiosa, unidad y esperanza de futuro para los hombres y mujeres de nuestro pueblo en este día solemne de la Coronación  Pontifícia  de la Sagrada Imagen de la Virgen, esta Corporación Plenaria acuerda nombrar ALCALDESA HONORARIA PERPETUA DE LA VILLA, A LA SANTÍSIMA VIRGEN DEL SALIENTE, en prueba de lo cual se ofrece la Vara que podrá ostentar como símbolo de este acuerdo desde el día de la fecha.

La Corporación acordó aprobar dicha moción por aclamación y se enviara certificación del Acuerdo al Ordinario Diocesano para su constancia.

 

DESARROLLO DEL ACTO

El sol radiante todo el día, se retira a esta hora, entre nublos agironados y transparentes, enredados sus rayos; entre ellos se retiene y parece no querer dejar la plaza. Suena en la torre la última campanada de las ocho de la tarde. Se abren las puertas de la iglesia y una arista de luz, hiere la Cruz Parroquial de Tahal, que traída de esa parroquia, aporta la presencia espiritual de D. roque Tendero y D. Lázaro de Martos que la subieron en sus manos cuando en ella, fueron párrocos.

Repican las campanas y abren su metal sobre la iglesia, al vuelo de las aves sorprendidas. El aplauso espontáneo redobla el canto del badajo.

Albas y estolas del grupo sacerdotal, blanquean y ornan las dos filas que acompañan a la Virgen, que, sin corona en las sienes, mira al cielo. Le siguen el Nuncio de S.S. en España, Monseñor Mario Tagliaferri; el Sr. Obispo Titular de Almería, Monseñor Casares Hervás; el Sr. Arzobispo de Granada y Administrador Apostólico de Almería, Monseñor Méndez Asensio; el Sr. Arzobispo Titular de Emérita Augusta y Observador Permanente de la Santa Sede ante los Organismos Internacionales con sede en Ginebra, Monseñor Mullor García; el Sr. Arzobispo de Guadix, Monseñor Noguer Carmona y como diácono Juan José Martín Campos.

Se inició la Eucarística en el más solemne de los silencios. Atento el pueblo, enfervorizado, espera y recibe el momento de la coronación; la liturgia empieza, con la lectura de la monición. A continuación fue leída la Bula de Coronación, en latín, por el presbítero López Lupiáñez, Notario Mayor de la Diócesis de Almería y luego la traducción al castellano por D. Antonio Rueda Moreno. Dijo la Homilía el Sr. Nuncio. Inmediatamente después, D. Manuel Casares pronunció unas palabras y a continuación fue leído el telegrama de S.S. por Monseñor Méndez Asensio.

Se presentó la corona al Sr. Obispo Monseñor Casares Hervás, encargado por el Papa para la coronación, que cede el puesto al Sr. Nuncio.

Bendecida la corona solemnemente, ambos se dirigen al pedestal donde está la Virgen, en este momento, inundada de sol. La corona se deposita amorosamente en su cabeza. El aplauso despierta unísono y prolongado, la emoción vidria con lágrimas los ojos de muchos...

... sobre sus pequeñas sienes el oro recién vestido y cincelado, La Virgen del Saliente la ha recibido de estas gentes incontables, que la han pagado con su óbolo y su oración.

La Madre está coronada de fe y de amor, plasmados en oro.

Globos de colores en el cielo y el Himno de la Coronación volando tejados y surcando espacios. Al día siguiente fue encontrado uno de estos globos en tierras de Guadix. De ellas vino algún día la Señora, según cuenta la tradición.

Ya vencida la liturgia de la coronación, continúa la de la Eucaristía. Canta el coro y los sacerdotes se reparten por distintos lugares para dar la comunión a los más de 20.000 asistentes al acto. El Nuncio leyó la Oración del Papa Juan Pablo II para el Año Mariano y dio la Bendición Solemne.

La Salve Popular de Albox se mezcló con la explosión del gran castillo de fuegos artificiales. las estrellas y las cascadas de fuego de colores eran un telón mágico al desfile de las gentes ante la Virgen.

FERNANDO ALGUACIL, JUAN J. CEBA, DOMINGO FERNÁNDEZ,ANTONIO FERNÁNDEZ, PEDRO Mª FERNÁNDEZ, JOSÉ MALDONADO, ANTONIO RUEDA Y JOSÉ A. SAEZ : "Coronación. Año Mariano 1987-1988. Santuario del Saliente" 1.989